divendres, 29 d’octubre del 2010

Xavier Clot iluminador del Tetare Lliure

Aquesta setmana van entrevistar a Xavier Clot a "El Periodico" i m'ha fet gracia aquesta entrevista, ja que algunes de les coses que explica fan que m'hi senti identificat com per exemple que diu que va començar amb un grup de teatre amateur als 13-14 anys i que nomes tenien dos focos i quatre cables, i anavent fent com es podia. Bueno us enganxo l'entrevista aquí per que crec que es interessant.

Con esta de Gràcia, van tres las inauguraciones del Lliure que ha vivido Xavier Clot, iluminador y adjunto a la dirección técnica del teatro, la persona que más funciones ha visto en esta casa, desdeCamí de Nit (1976) hasta Gata sobre teulada de zinc calenta (2010). Lo ha visto y lo ha oído todo.





-¿Cómo entra el teatro en su vida?
-Soy de Horta, que es un barrio con una gran tradición teatral. Nací en agosto y ya estaba haciendo de niño Jesús en diciembre.
-No tenía escapatoria.

-Con 13 o 14 años ponía las luces en el Grup d'Estudis Teatrals d'Horta, con Pep Montanyès, Joan Font, Fermí Reixach… Entonces solo teníamos un foco y bombillas. Llegamos a regular la luz con agua y lejía.
-¡¿Cómo?!
-Metías los cables en la mezcla y, al juntar los extremos, aumentaba la luz y, si los alejabas, disminuía.
-Menudos calambres.
-Por suerte la corriente era de 125. Han pasado 40 años y de aquello a las mesas digitales de ahora es un acelerón muy bestia. Pero por mucho que avance la técnica, siempre tiene que haber una persona que apriete el botón.
-Alguien como usted.
-Desde la cabina, se ven los estados de ánimo de los actores. Puedes ver una obra 50 veces y ninguna es igual, nunca tiene el mismo ritmo. Esta es la magia del teatro, que es un arte vivo, aunque yo soy mal espectador.
-¿Ah sí?
-Me distraigo con cualquier cosa, un foco, un ruido... Me dan ataques de tos y me pica todo. Prefiero estar en la cabina.
-¿Y en todos estos años nunca ha tenido ganas de salir a escena?
-No. Paso mucha vergüenza cuando salgo a saludar, prefiero mantenerme al margen. Cuando me pidió la entrevista me pilló con mal pie.
-¿Cómo llegó a ser fundador del Teatre Lliure?
-En 1976, cuando volví de la mili, me llamó Lluís Pasqual: «Estamos intentando hacer una cooperativa de teatro en Gràcia», me dijo. ¡Imagínese! Era mi sueño. Trabajar en lo que te gusta y en régimen de cooperativa. ¡Yo cobraba igual que Fabià Puigserver! Cuando cobrábamos, claro… Menos mal que estaba Carlota Soldevila, que era la madre espiritual de todos y tapaba los agujeros.
-Qué tiempos.
-Éramos 13 o 14 y solo dos técnicos. Todos hacíamos de todo: pintar, limpiar, incluso dormíamos en la sala. Una vez nos quedamos a montar por la noche, después del ensayo, Joan Ponce, Fabià y yo. Los tres nos quedamos dormidos sobre la escenografía, que era una alfombra de césped. Trabajar en un teatro es difícil, no sé cómo mi pareja ha sido tan paciente.
-Ha mencionado ya dos veces a Fabià Puigserver.
-Es el gran padre blanco, la única persona sabia que he conocido, un hombre superinteligente, muy trabajador y con capacidad para transmitir sus ideas. Una de las mejores cosas de mi vida ha sido conocerle.
-¿Aún le echa de menos?
-Su espíritu sigue aquí. A veces me parece que le estoy viendo.
-¿Es que en el Lliure de Gràcia hay fantasmas?
-¡No! Yo no creo en fantasmas. Pero en los teatros hay muchas energías de la gente que ha pasado por ellos. Yo he llegado a salir pitando de uno porque oía pasos y voces, pero eran las cuerdas y la madera que crujían, o los ratones que caminaban sobre el peine. Ojalá Fabià pudiera ver por un agujero cómo ha cambiado el teatro, sobre todo me hubiera gustado que hubiese visto el de Montjuïc. No hay otro igual.
-Supongo que entre ahora y los inicios del Lliure no hay comparación.
-Entre el 76 y el 86 fue una época increíble. Estaban Lluís Homar, Lluís Pasqual... Había mucha emoción, una entrega total. Aprendimos todos tanto... Pero yo era más joven y la gente cambia. Ahora también es otra época. Todo es distinto.
-¿Y las fiestas?
-¿Fiestas? ¿Qué fiestas?
-Los legendarios saraos que se montaban aquí.
-¿En el Lliure? Nooo… Eran fiestas muy castas. Hacíamos paellas en el terrado con los Comediants. Toda Barcelona era una fiesta en aquella época. En el primer carnaval, incluso yo, que soy tan callado y tímido, me disfracé.
-Aquí hubo relaciones explosivas.
-Claro que había relaciones, de afecto y de cama, como en todas partes. Alguna día saldrá toda la historia, pero no seré yo quien la cuente.

divendres, 15 d’octubre del 2010

Benvinguts al meu Blog

Hola a tots!
Aquesta es la meva primera entrada al bloc, aqui hi aniré fent entrades basicament de so i llum i del món que el rodeja.
Avui per començar us pas-ho un vídeo d'un bolo a Taradell amb el grup de teatre Tai-A-Treros on faig de tècnic de llums. Es veu el muntatge del decorat i la preparació de l'equip tècnic. Esta passat a càmera ràpida, no es res de l'altre món però es per anar arrencant...





Salut!
Roger